Preguntas frecuentes

El complejo industrial de A Coruña está dotado con seis chimeneas principales. Estos elementos son necesarios para las emisiones procedentes de los procesos de refino, las cuales cumplen estrictamente con la normativa medioambiental. Como curiosidad cabe citar que la más alta tiene una longitud aproximada de 150 metros.

Son uno de los elementos de seguridad activa más importantes. Su función es absorber cualquier descarga de gases que se produzca en caso de ocurrir una situación anómala, como una parada o un fallo eléctrico. Las antorchas siempre están en funcionamiento, aunque durante el día es posible que resulten casi imperceptibles a simple vista.

, es completamente normal, dado que las antorchas siempre tienen un piloto encendido para la quema controlada de gases. De hecho durante las Paradas de mantenimiento y posterior puesta en marcha de las unidades, la llama de las antorchas puede ser visualmente más llamativa, ya que los excedentes de gases de esos procesos se llevan a la antorcha para su combustión.

Son unas torres destinadas a los procesos químicos que separan por evaporación distintos componentes de una mezcla, como el crudo. Casi todas las unidades de producción que tenemos en el complejo poseen columnas.

Son instalaciones que enfrían agua por evaporación de parte de la misma. El aire evapora una pequeña parte del agua, enfriando el resto. En invierno aparecen columnas de vapor de agua que ascienden al cielo, ya que se produce la condensación del agua al enfriarse por el contacto con el aire frío. No hay que confundir esto con humo, ya que solo se trata de vapor de agua.

La cantidad de emisiones a la atmósfera son similares durante todo el día. Las emisiones son controladas a tiempo real por la Xunta de Galicia. Lo que sí puede ocurrir es que en algunas ocasiones la luz proveniente de las luces del propio complejo se refleje en el humo. Esto puede dar la apariencia de que se está emitiendo más humo del normal.

El azufre forma parte de muchos de los compuestos químicos que conforman el petróleo. Antiguamente no se eliminaba e iba incorporado a los productos, como gasóleos y gasolinas. Sin embargo, en la actualidad el azufre se extrae casi en su totalidad. De este modo se reducen las emisiones tanto en la producción del complejo como en nuestros vehículos. Al final de los procesos se obtiene azufre en forma de escamas o pastillas amarillas, que tiene utilidad en usos agrícolas, como fungicida, o en la industria de fabricación de los neumáticos, como agente de vulcanización.

El trabajo en las instalaciones está organizado en turnos rotativos, por lo que la producción es continua 24 horas al día, durante todo el año. En todo momento hay un número suficiente de profesionales en la refinería para mantener las instalaciones en marcha, produciendo de forma segura y a ritmo constante.

Hay una gran cantidad de productos que salen de estas instalaciones, desde hidrocarburos de automoción como las gasolinas y los gasóleos, combustibles para aviación, propano, butano, asfaltos, hasta materia prima para la fabricación de plásticos.

El 100%. El petróleo es un material del que se puede aprovechar todo, dado que cada uno de sus derivados tiene una función específica. Los residuos que se generan en la refinería no proceden directamente del crudo que se utiliza, sino de otros elementos que intervienen en la producción de los combustibles, como catalizadores gastados, que se envían a gestores de residuos autorizados.

El crudo llega en barco al Terminal Marítimo de Repsol, situado en el Puerto de A Coruña. Desde allí, se envía a la refinería mediante una tubería (oleoducto) de 6,4 km aproximadamente.

Es una manera de dividir en áreas las fases o etapas en las que se trabaja en la industria petrolera y del gas, para una mejor gestión. El Upstream abarca todos los procesos previos al refinado del crudo, como la exploración, perforación y extracción, así como la producción y transporte de gas natural.

El Downstream comienza con el refino y continúa con otras actividades clave, como la producción de compuestos químicos y la comercialización de productos como carburantes, propano y butano.

Las principales chimeneas del complejo poseen analizadores que miden de forma continua las emisiones. Estas medidas son enviadas, también de modo continuo, a las autoridades medioambientales de la Xunta de Galicia.

Además existen casetas de medición de la calidad del aire, las cuales sirven de aviso y de toma de acciones en caso de superación de unos límites establecidos.